Sonic Flower «Me And My BellBottom Blues» 2022

En Japón también se rockea de lo lindo y sino escucha a este cuarteto, porque lo vas a flipar. Es curioso que este trabajo, es el segundo de su discografía de un proyecto iniciado ya en el 2003. El germen de este proyecto se remonta en 2001 cuando el bajista Tatsu Mikani y el guitarrista Takenori Hoshi procedentes de Church Of Misery, banda de sonidos densotes tirando al Doom & Stoner con claras influencias de Black Sabbath, deciden montar un proyecto paralelo para dar rienda a su creatividad y adoptar sonoridades procedentes del blues rock más potente, siendo sus referencias grandes bandas americanas de los 70’s: Cactus, GrandFunk Railroad o Savoy Brown.

Como coletilla para mentes retorcidas o no, por si alguien se atreve a profundizar en los Church Of Misery, su primer trabajo «Master Of Brutality» es una colección de temas en honor a «grandes tipos» como Ed Kemper, Peter Sutcliffe, John Wayce Gacy. Para paladares sibaritas….

En 2003 publican «Sonic Flower» un trabajo de riffs blueseros crudos y en algunos temas rozando el stoner de caracter totalmente instrumental. Después del debut silencio total hasta que el año pasado decidieron rescatar temas grabados en 2005 y que se incluyen en «Rides Again» (2021).

En este 2022, se une al grupo el cantante Kazuhiro Asaeda, colega procedente de Church Of Misery y se marcan a mi entender un discazo de heavy blues rock potente exhibiendo musculo sonoro desde el minuto uno hasta el final. Con una sección rítmica tremebunda y arrolladora ( Mikami y Toshiaki Umemura) y donde la guitarra de Fumiya Hattori nos va regalando largos y potentes solos. Eso ya se comprueba en la inicial » Swineherd». Con un Asaeda escupiendo estrofas regadas de riffs atómicos, que se repiten en «Love Like Rubber» una canción que podriamos englobar en la categoria de «rompecuellos».

«Quicksand Planet» se inicia con unos tranquilos acordes de slide guitar, pero para engañarte unos segundos, para luego quedarte en medio de una autentica tormenta de riffs que combinan con cristalinos acordes de guitarra acústica. Y para el final se dejan dos autenticas joyas de extenso minutaje: «Poor Girl» con ese inicio de riff cadencioso y que adopta en momentos espacio para la improvisación, con un Fumiya Hattori «on fire». Y para acabar «Sonic Flower» la traca final con unos riffs pantanosos, de clara influencia en Black Sabbath y que también deviene en ,otra más, demostración de técnica instrumental de estas cuatro bestias pardas.

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