Southern Rock versión LePunko.

North & South era el nombre de un videojuego de estrategia que llegué a destruir de tanto jugar en mi viejo Amiga500. El juego estaba basado en un cómic belga creado por Raoul Cauvin (Spirou, Sammy,… ), Louis Salverius y Willy Lambillotte.  Podías jugar contra la máquina o un colega, obviamente la segunda opción era siempre mejor, mucho mejor. Joder a tus amigos en un duelo fratricida era lo máximo.

El asalto al tren, la batalla a campo abierto o el asalto al fuerte, tres escenarios y la ostia de diversión asegurada. La única pega era que si conseguías ciertos estados clave, el juego había terminado por mucho que te esforzaras y, aun así peleabas como un jabato hasta la muerte de todos tus ejércitos.

North & South: diversión versión 90’s

Ahora, el dilema: Norte o Sur?  

El Norte siempre tuvo la etiqueta en mi cabeza de ser los “buenos”; por culpa, entre otras cosas, de una serie protagonizada por Patrick Swayze y James Read y una de las primeras musas que tuve en mi vida: Leslie-Anne Down, una buenorra de bandera que mi mente guardó para usos posteriores. El Norte era la rectitud, un compendio de virtudes que chocaban frontalmente que los hermanos de los estados sureños.

Madamme Leslie-Anne

El Sur por contraposición era lo peor: sucios, malvados, explotadores, esclavistas, en fin una gente sin nada de honor. Ni el puto demonio desatado era tan malo como esas gentes. Ahora es cuando me las doy y digo que el Sur siempre fueron lo míos, pero en esa época todavía no.

No recuerdo mucho más de la serie aunque creo recordar que era la clásica serie de los 80 hecha a lo family firendly style. Supongo que mi hermana estaría ya coladita por Patrick, mi madre a saber y yo… quizás miraría de reojo ese escotazo más que generoso de Leslie aunque es muy probablemente me aburriera.

Toda esta cháchara inútil para llegar al tema que se nos ofrece: The South Rises Again y, claro el rock salido de sus entrañas. Down, Melvins, En Minor, EyeHateGod, hay un buen puñado de bandas que en sus sonidos burbujea como brea caliente y pegajosa el blues, el southern pero hoy ninguna de estas bandas será la protagonista, no, hoy no.

Empecemos… 

KYLESA 

Desde Savannah, en el corazón de la sureña Georgia surgió una banda atronadora llamada Kylesa. Suena un nombre propio al mentar Georgia: Mastodon y si, algunos tintes es a los titanes de Atlanta sobretodo a sus obras Crack the Skye, Leviathan o Blood Mountain, es decir su época más demoledora. Podrían destacar en su propuesta pero no solo de eso vive y respira Kylesa porque más allá de compartir escena y ciertas similitudes estilísticas hay diferencias entre ambas bandas. Y es que han sido banda de apoyo de los de Bran Daylor y compañía pero su propuesta se va apartando de las guías que marcan los mastodontes para buscar su propio camino y a fe que lo consiguen.

Pushead ilustrando a los primeros Kylesa

Psycodelia, sludge, stoner, pero también hardcore punk y en los últimos discos la derivación hacia rock más ambiental y, todo, con una pátina de rock sureño que sin ser muy evidente si emana de los poros de Kylesa. El nombre proviene de un término budista que se refiere a una estado mental ilusorio.  Toda una declaración de hacia donde quieren llevarnos con su música.

Así, en 2001 Phillip Cope y Laura Pleasants formaron esta banda sencillamente necesaria. Cope tenia cierta fama en Georgia como el impulsor estatl del metal llevando a locales de todo Georgia a gente como, por ejemplo, Neurosis (todos de pie).

Pleasant plays hard, slow and dirty.

Obviamente los Allman Brothers tuvieron su influencia en el Doom Sureño emplatado de punk rabioso que parió la banda. Y no se si de los Allman Brothers o de otros sureños ilustres, los Melvins, sacaron la idea de tocar con dos baterías pero a partir de su tercer álbum Time will fuse it’s worth empezarón a hacer retumbar las salas de conciertos con dos baterías y mucha mala hostia.  

Otras bandas han utilizado dos baterías en sus grabaciones o directos, bandas como los citas Allman brothers, Doobie Brothers o el mismísimo Frank Zappa en su directo “Roxy & Elsewhere” y el resultado siempre ha sido más que interesante.

Melvins hits the stage with double drumin’.

Sea com fuere, por estilismo, por resultar más demoledores o por cualquier otra razón las dos baterías dan un plus de contundencia a una banda que ya de por si lo es. En mi opinión seria incluso más interesante, como banda, si las baterías estuvieran jugando con algun que otro ritmo y no seguir casi siempre el mismo patrón pero aun así, me vale.

Y es el disco siguiente, el cuarto de su carrera, que me parece el definitivo: Static Tensions llega al punto culmen de voracidad, agresividad y creatividad. Podéis ver com suena en este vídeo del tema Running Red.  Pero no dejéis de escuchar el disco entero, es una disco absolutamente necesario e inspirado.

Desde este álbum en adelante la banda ha seguido evolucionando yendo cada vez más hacia terrenos sónicos más envolventes, més ásperos, más lisérgicos, más space incluso aunque igualmente disfrutables. Si la versión más destructiva de la banda es la que más me atrae esta evolución no deja de ser muy muy escuchable.

Como punto final, un par de versiones Paranoid bajo la mirada de estos tipos es otro tema:

Incluso se atreven con una versión Come as you are bajo su propia visión musical, versiones de verdad. Quizás no sea la versión más acertada pero no deja de ser una gran versión. 

Pero igual que el mar no cesa, tampoco lo hacen las bandas que emergen del sur de Estados Unidos y tienen algo interesante que ofrecer. 

THE FLYING EYES 

Más allá de la característica voz de Will Kelly destilada en la misma licorería vocal que The Lizard King (en  disputado concubinato con Danzig),  Flying Eyes son una banda más que maravillosa y apetecible. No solo por infundir un sentimiento oscuro, sensual, pegajoso a su heavy bluesy a su rock stonizado … su música es hipnótica y te puede llevar donde te plazca o les plazaca. 

Baltimore, Maryland, es el estado del Sur más al Norte de los USA pero los sonidos que desprende la banda siguen teniedo el sello del cruce de caminos.

Han pasado unos años desde que publicaran su primer disco, Done so wrong, pero la sensación es que esta banda solo puede crecer. Ya desde el inico planteaban grandes sonoridades, buenísimos temas como este Overboard. 

Tras cuatro álbums  más un disco de rarezas y b-sides la banda sigue con paso firme regalando discazos tremendos como Lowlands (2014) o el que publicaron allá por 2017 , último hasta la fecha, Burning The Seasons.

Es, desde el Lowlands, dónde la presencia blues se hace más y más presente.  Atmósferas ácidas, psicodélicas, sonidos prestados por The Doors o Jefferson Airplane, muchas referencias y muy bien digeridas. Y cada vez menos deje vocal a Jim Morrison, cosa que en parte se agradece por marcar más un registro propio.

Pero vamos a la música, fíjate en este Under Iron Feed y me cuentas: 

Como muestra de su calidad, sus tours: han dado vueltas por medio planeta, tocando en festivales tan exigentes como el Desertfest dónde el listón de calidad es altísimo, no solo no fallaron si no que siguieron cosechando fans.

Por aquí los hemos podido disfrutar en la Rocksound allá por el 2017 cuando presentaban su último disco. Alguien estuvo? Pues coméntanos qué te pareció! 

Si te has quedado con ganas de más, aquí te dejamos el concierto que se marcaron en 2011 en Rockpalast Crossrtoads, para que veas cómo se las gastaban estos tipos al poco tiempo de publicar su primer álbum.

Mucho Groove, calidad sobrada.

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