Southern Tales – From Miami to New Orleans

Sigo recuperando las crónicas sureñas de mi viaje USA 2018. En esta entrega rememoro las dos jornadas invertidas en llegar desde Miami a New Orleans, la ciudad donde -tal como se indica en el cartel que preside este post- los hombres son más guapas que las mujeres (!?)

Domingo 27 de julio de 2008 – Miami-Daytona Beach-Lake city

Si a los efectos de la decisión de no dormir tras la juerga de MiamiBeach (con nuestro piloto Barbe luchando por mantenerse despierto desde el km.0) les sumamos las breves pero numerosas tormentas tropicales que nos acompañaron toda la mañana, comprenderéis que el trayecto de Miami hasta Cabo Cañaveral adquirió tintes épicos.

Tras 4 horitas de via crucis, y con las energías recuperadas tras repostar (cafe con hielo + alitas picantes, mejor que el Red Bull) en la cantina de carretera favorita de los astronautas, nos asomamos a las instalaciones de la NASA. Fotos de rigor a los cohetes visibles desde el exterior (me habían comentado que la visita no vale la pena) y acelerando hacia Daytona Beach.

Shuttles Bar & Grill, donde los astronautas se emborrachan

Famosa por su carrera automovilística anual de 500 millas, Daytona Beach fue la parada principal de la jornada. Todo un placer darse un bañito en sus turbias aguas, rodeados de un paisaje de lo más pintoresco. Orondos niggers jugando a futbol americano dentro del agua, cincuentonas nadando con pantalón largo y camiseta, punks de aspecto temible con sus hermanitas pequeñas…todo ello enmarcado por un paseo marítimo en el que el tiempo se ha congelado en los años 50’s. Muy entrañables las destartaladas atracciones de feria del dique, el Tibidabo se inauguró con cacharros más modernos.

Fauna de Daytona Beach
Daytona Beach con su «parque de atracciones» al fondo

Y para matar el hambre, como no podía ser de otra manera en una capital del motor, cena en un restaurante-museo de la NASCAR, la fórmula 1 yankee (quien no recuerda el bodrio «Días de trueno»!!!). Deliciosa cena en nuestra mesa-bólido al son del mejor classic rock que podais imaginar. De Foghat a Aerosmith, pasando por Skynyrd, un non stop. Y si encima las camareras eran guapas, que mas se puede pedir.

Drivin n’ eatin!

Tras una breve visita al Daytona International Speedway, un acogedor motel nos esperaba en Tallahassee, a unas 4 horitas de distancia, meta final del día… meta que no alcanzamos, pues quemadísimos de tanto coche, a las 12 de la noche, y tras la primera discusión seria (con un Ernest perdiendo los papeles por completo)paramos el coche en el primer motel Super 8 que vimos. Desde el anterior viernes por la mañana, cuando me levanté para currar, no tocaba una cama. Que placer! Limpios y baratos, los moteles Super 8 son una buenísima opción.

Mañana era el turno de New Orleans y su Bourbon Street, tan solo nos separaban 780 km de nada!

Lunes 28 de Julio – Lake City-Tallahassee-New Orleans

La idea era pegarse un buen madrugón, llegar bien prontito a Tallahassee y así recuperar las horas perdidas la noche anterior por carreteras comarcales del centro de Florida. Tan sólo abrir la puerta de la habitación del motel, una señora de mediana edad de Maine abortó nuestros planes.

Necesitada de conversación ella y picados por la curiosidad nosotros, entablamos una amena charla que pronto se tornó en un virtual secuestro. Nos torturó durante una hora con una auténtica autobiografía oral e incluso nos enseñó el álbum de fotos de sus perros!!!

A riesgo de parecer maleducado, agarré a mis compañeros del brazo y nos libramos de la pesadilla, no sin antes escuchar sus advertencias sobre los peligros de la malvada Texas: «atravesadla lo antes posible chicos, sólo parad para echar gasolina, esta llena de paletos chiflados!». Mira quien habla.

Esencia sureña en Tallahassee

Tallahassee, capital del estadoes una pequeña, bonita y adormilada ciudad. Sus enormes y frondosos arboles, los parques-cementerios a pie de acera…el espíritu sureño está presente. Según el dicho «Cuanto más al norte vas de Florida, más te acercas al Sur«. 

En nuestra visita al capitolio local, y tras fotografiar al cuadro de su ilustre ex-governador, Jeb Bush (hermano del chimpancé George Jr., autor de la famosa frase «agradezco la amistad del presidente de la República de España» en referencia a Aznar), no pude estarme de preguntar al amable jubilado-voluntario-recepcionista, aun con las palabras de la señora de Maine en la cabeza, acerca de los diablos texanos«De que me hablas hijo, Texas es maravillosa. Os sentiréis como en casa».

Apetecía un bañito, hasta California no volveríamos a ver el mar, así que tocaba beach time! A diferencia de las mediocre costa Este de Florida, la costa noroeste, ya fuera de la península, presenta tramos de costa bellísima, de clara inspiración caribeña. 

Ante nuestro asombro, en el tramo de 40 km de carretera que separa autopista y Panama City, contabilizamos cerca de un centenar de Iglesias! No exageroSe alinean una tras otra, y como si fueran fast foods que compiten por los clientes, cada parroquia tiene su cartelito blanco de letras negras en el que expone su «slogan». ¿Hay gente para llenar tantos templos?.

Los 4 pirados junto al «bon vivant» en Grayton, Florida

El chapuzón en las cristalinas aguas del golfo de México sentó de puta madre. Para pavonear, nos divertimos practicando unos intentos de «castellers» delante de un grupito de chicas. Llenas de curiosidad, las teenagers empezaron a imitarnos. En 5 minutos ya lo hacían mejor! Y con piruetas incluidas! Resulta que las tías eran animadoras. Así cualquiera.
Un recuerdo para el simpático tipo que nadaba cerca nuestro, totalmente ebrio, con su camisa de cuadros puesta, las gafas de sol y cerveza en mano. Todo un «bon vivant»!

A media tarde, y con la emoción añadida de que un servidor era el conductor (no tocaba un coche desde hacía 3 años), nos encaminamos hacia New Orleans. Tras una breve parada en la «inolvidable» Pensacola y atravesar los breves tramos costeros de Alabama y Mississippi, nos plantamos a las 12 de la noche en la legendaria cuna del Dixieland.

Los efectos del Katrina aún se notan. La ciudad presenta un aspecto destartalado e inseguro y, sinceramente, New Orleans, de noche, da miedo. Una ducha rápida en el hotel, a cuatro pasos del Barrio Francés, y derechitos a Bourbon Street. Nuestro anfitrión en MiamiFrankie, nos habló de New Orleans como «el lugar donde los yankees van a portarse mal». Razón no le falta, ya que Bourbon Street es un nido de vicio

Infestada de bares con actuaciones en directo, donde camareras sexy tratan de emborracharte y robarte -literalmente- el dinero, y antros de striptease, incluso en un lunes de agosto (temporada baja), el ambiente era genial. Incluso la policía permite beber en la vía pública! (algo inédito en el resto de USA).

Escena de amor y sumisión en Bourbon Street

Tras echar unos tragos en diferentes locales, y tras no pocas dudas ante la gran oferta existente, decidimos invertir 20 dolares en la entrada del «Larry Flynt’s Hustler Club». Billetes de dolar en el tanguita, bailes privados en zona vip y si…hasta el «Girls Girls Girls» de Motley Crue. Todos los maravillosos tópicos que teneis en mente. Ernest y Xavi se retiraron sobre las 3 de la madrugada, mientras que Barbe y yo nos perdimos en la noche de New Orleans hasta la salida del sol…

P.D. Visto lo visto desde el coche, opté por dejarme la cámara de fotos y el pasaporte en la habitación, así que las instantáneas son de la mañana siguiente.

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