The Cult – BRMC – Zola Jesus. The Rooftop at Pier 17. 20/07/2022. New York City.

Asistir a un show en el The Rooftop Pier 17, rodeado de los edificios del Downtown de Manhattan y con el Brooklyn Bridge de fondo, es un plus adicional, ya no solo para el espectador que acude al mismo, si no para las bandas que se suben al escenario. A todo esto, debemos sumarle en el caso de The Cult, el amor que sienten por la ciudad de los rascacielos, y eso se notó en su actitud y entrega esa noche.

En una situación de contraste, a las 18h de la tarde, Zola Jesus saltaba al escenario, su perfil y propuesta en un principio requerían de intimidad y oscuridad, pero a base de una potente base rítmica y de la teatralidad de la puesta en escena y voz de Nicole, engancharon a los que estábamos allí. Presentaban disco, “Arkhon (2022)”, y el set se equilibró entre todas sus facetas, rematando con «Sewn» y su vertiente post industrial.  

Black Rebel Motorcycle Club salieron a escena como si de vampiros se tratara, enfundados en cuero y con gafas de sol para evitar el astro rey que aún brillaba sobre los edificios, Robert Levon se encargó de confirmarlo al decirnos que era una situación extraña. Al no tener que presentar un nuevo álbum y en su condición de artista especial invitado, tiraron de un repaso a su discografía, algo así como un Greatest Hits. De sonido fibroso y yendo de menos a más, temas como «Spread Your Love», «Beat the Devil’s Tattoo», «Let the Day Begin» (cover de The Call) y sonando directo, “Whatever Happened to My Rock ‘n’ Roll», se encargó de cerrar en forma de distorsión.

Actualmente la química en The Cult funciona a la perfección, es curioso como sus dos líderes, sin necesidad de interactuar en ningún momento, cuesta verlos a menos de un metro el uno del otro durante el show y solo Astbury invade alguna vez el espacio de Duffy, mantienen la esencia y forma de la banda. Volviendo al enclave del show, éste pareció un plus de motivación para ellos, sobre todo en un Astbury que luce mucho más delgado y de larga melena con bandana. Éste no tuvo problema en alabar a la ciudad, pero al ver que para su gusto el público no respondía con la euforia necesaria, no dudo en recriminarle que no estaban delante de una obra de Basquiat o de Warhol de alguno de sus museos, aquello era un concierto de Rock.

Por otra parte, hay que destacar como encaja la base rítmica de Tempesta en los sonidos masterclass que salen de la guitarra de Duffy, éste último, muy cómodo sobre el escenario, salvo cuando no estaba de acuerdo con un foco que se dirigía a su cara, que lo pateo sin dudar. En octubre saldrá un nuevo “Fuckin álbum” como dijo Astbury, siendo la interpretación de su adelanto “Give Me Mercy”, la única concesión de la banda en su set de clásicos, sonando en directo más cruda y con mayor carga de tensión. El resto, un set corto de trece temas, pero directo, destacando como enlazaban prácticamente un tema tras otro, la primera parte con el arranque de “Rise” (única concesión a los 2000’s) y empalmando hasta seis temas de “Sonic Temple (1989)” te conecta directamente, sabiendo que la segunda parte directamente te dejara KO. La banda hizo un guiño a la ciudad en el bis, rescatando “New York City” la cual encajo perfectamente con el cierre de “Love Removal Machine” entre distorsión y humo. Satisfacción máxima por todos los presentes.

Salir de la versión móvil