Chequeando la web de la sala Apolo buscando información de otro evento, estaba agendado el show del portugués The Legendary Tigerman y la entrada era gratuita. El evento lo organizaba la embajada de Portugal tanto en Madrid como en Barcelona bajo el nombre de Portugal Alive 2021, eso sí, con una promoción nula. Por lo tanto, el resultado se resume en el poco publico que se acerco al show, sinceramente no entiendo como este tipo de propuestas no tienen más recorrido promocional.
Tigerman Aka Paulo Furtado, lleva 20 años forjando su «leyenda», empezando formado parte de la escena Punk y Psychobilly de Coimbra (la ciudad donde «nació» el Punk en Portugal), arranco su etapa en solitario como «One-Man Band» y es precisamente en ese formato como se presentaba en esta gira, eso sí con el apoyo del saxofonista Joao Cabrita, que visto el resultado es básico en su sonido.
El concepto es básico, a parte del saxo comentado anteriormente, Tigerman tira de dos bombos de batería, efectos de pedales y una guitarra Grestch en la que el Slide saca fuego, pero también juega con imágenes de voces grabadas como la de Asia Argento en el sensual tema «Life Ain’t Enough For You», que sirvió para arrancar el show.
Mientras tanto, destacar que Paulo se las arregla para sacar un sonido realmente potente y que evidencia el menos es más. Se arropó de las imágenes de cuerpos desnudos en «Naked Blues» o en la voz de Lisa Kekaula de The Bellrays para un potente «Saddest Thing To Say», pero donde para mi el show gana es cuando desgarra el lado más Punk y Blues sucio, dando buena cuenta en la parte final del show con «Twenty First Century Rock ‘n’ Roll», donde el sonido de The Cramps o Jon Spencer se asocian con el.
Por poner un pero, me faltaron más temas del excelente álbum «Misfit (2018)» como la espectacular «Motorcicle Boy», pero nada que objetar al show, solo la respuesta de publico para darle otra atmosfera de club. Para que os hagáis una idea de la importancia de Paulo en Portugal, es un habitual en todos los grandes festivales del país y para finalizar esta crónica, os dejo una colaboración con Eddie Vedder.
