The Lizards + The Deathlines – Sala Téxtil – Barcelona 14-05-2022

Durante la presentación de «Dead City», uno de los temas incluidos en su recién salido del horno «Fake Reality», Carla hizo la clásica proclama sobre lo pobre del ocio rockero barcelonés, indicando que «desde que cerró Rocksound ya no hay nada … bueno … ahora hay esto«. Por «esto» se refería al escenario donde The Lizards estaba actuando, ese nuevo espacio llamado Sala Téxtil.

No creo que termine convirtiéndose en un club de RN’R, en uno de nuestros puntos de encuentro donde, más allá de los shows, uno acuda a tomar unos tragos con caras conocidas. No creo que esa sea la intención de su dirección. Pero como sala de conciertos, la Téxtil puede dar mucho juego.

Si logra consolidar una programación estable, será un espacio de referencia en la ciudad para los conciertos de aforo entre 100 y 200 personas. Escenario a 3 palmos del suelo, ausencia de barreras entre banda y público, sonido impecable, set de luces high leves … las condiciones son inmejorables.

Y el hecho de que se trate de un oscurísimo sótano cuyo acceso se realiza bajando varios tramos escaleras igualmente oscuras le da un punto de misterio y clandestinidad molón. Otro punto muy importante: al terminar el show los gorilas no te echan con una escoba, como sí sucede en la mayoría de espacios de la ciudad. La bebida, eso sí, cara.

The Deathlines

El concierto. Sí estuve presente durante la mayor parte del minutaje de The Deathlines, pero, honestamente, no estuve por la labor. Su rock americano 80’s de corte independiente, a lo REM, Hüsker Dü y compañía sonaba muy bien, pero lo dicho, mucha distracción en forma de viejos conocidos con ganas de palique. Espero que hayan más ocasiones.

En cuanto a The Lizards, qué puedo decir. Son una banda amiga, a algunos de sus miembros los conozco desde hace más de 20 años, así que no puedo hablar mal. Aunque su show fuera un desastre, tampoco lo diría. Pero es que resulta que lo hacen genial. Cada vez mejor.

Judith siempre ha sido una bestia parda escénica y Edgar, sencillamente, es un profesional -¿hay mejor piropo?-. Ya no tenían pasos adelante que dar. La que sí lo ha dado es Carla, su guitarrista y frontman. Se ha desatado. Canta -y lidera- tan bien como siempre, pero mientras que tradicionalmente se mostraba escénicamente comedida, ahora -supongo que fruto de las tablas y de la confianza- abandona el metro cuadrado que rodea el micro, se degañita, posa, se ofrece a su público y a los fotógrafos. Está onfire y ofrece show.

Musicalmente, están muy finos. «Fake Reality», su nuevo trabajo, a pesar de la sorpresa grungie que supone su homónimo single, reincide en la fórmula que tan buenos resultados les da. Esa pegadiza mescolanza entre Motörhead, The Donnas y Joan Jett. Punk n’ roll de primera. Escucha sus discos, añade mentalmente a esos temas una buena dosis del sudor y la suciedad que conlleva el directo y te harás una idea de como son sus conciertos.

El set-list estuvo conformado por un puñado de temas del citado neonato LP, acompañados por «viejos» éxitos como «Everybody Sucks», «Twisted Mind», «I Told You So» o «Burning City» y la espléndida cover de «Folsom Prison Blues» de Johnny Cash. Como siempre, a destacar el grand finale con la hiper-efectiva «Sing Out Loud».

Contando los días hasta el par de nuevas fechas barcelonesas que tienen previstas en junio. Estén atentos a sus RRSS.

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