Toda la verdad sobre la escena Rock Escandinava

Me mudé a vivir a Suecia en 2005, hace ya 15 años.

Atraído por la escena musical escandinava, decidí que irme al Norte de Europa sería mucho más divertido para mí que quedarme en casa esperando al concierto anual de los Backyard Babies.

En el territorio del relaxing cup of café con leche no hay demasiadas bandas que me gusten: 50% por razones de idioma y 50% por estética cutre.

Por algún efecto fonético que desconozco, las bandas que cantan en castellano no suenan tan bien como las que lo hacen en inglés. Un simple “Let’s Rock, ¡Hell yeah!” hace media canción, pero un “Vamos a rockear, demonios” te quitaría todos los puntos del carné de Rocker.

Así, con 20 años, aproveché la libertad de movimiento en la Unión Europea y decidí comprobar si el sueño norteño era mito o realidad.

Actualmente resido en Finlandia, pero desde 2005 hasta hoy he pasado por muchas ciudades, muchas salas de conciertos, muchas afterparties y muchos bares de todos los países del norte.

Mis experiencias no están basadas en una excursión de 3 días a Estocolmo.

Salvo pequeñas diferencias -más Metal y melancolía en Finlandia y Noruega, más Glam y estética en Suecia y Dinamarca- los países del norte son similares en cuanto a su escena musical.

A continuación, leerás todo lo que necesitas saber sobre mujeres, drogas y música.

He puntuado cada apartado del 1 (una mierda) al 10 (insuperable).

Mujeres y clubes

Siendo un tío muy del montón, en mis primeros 6 meses en Suecia follé más que en toda mi vida en España.

Acostumbrado a salir por el Metal Zone o Razzmatazz Barceloneses -uno lleno de fans masculinos de Manowar y el otro de tías que te perdonan la vida si intentas acercarte a charlar- los clubes y bares escandinavos son un auténtico paraíso.

Imagínate un garito donde tienes decenas de rubias con botas camperas, pantalones de cuero y camisetas de tus grupos favoritos. ¡Tendrías que frotarte los ojos!

Si eres español y rocker, cada gran ciudad escandinava tiene una docena de bares y clubes que harán tus delicias: Sticky Fingers en Goteborg, Tavastia en Helsinki, Harry B. James en Estocolmo o Last Train en Oslo son solo algunos de los más populares.

La fiesta sigue cuando cierran los clubes, normalmente en casa de algún extraño o extraña que acabas de conocer.

Hey Babe, afterparty?

La mujer escandinava es muy receptiva a todo tipo de acercamiento siempre que sea de manera amable: están acostumbradas a hombres muy torpes y emocionalmente capados, incapaces de entablar una conversación con ellas sin balbucear borrachos.

De algo te tenía que servir ser español y haber afilado tus habilidades sociales intentando follarte a engreídas fans de Alex Ubago durante años.

Pero también hay cosas negativas: ¡La mujer escandinava ha engordado en los últimos años!

No es una particularidad del norte -es una pandemia mundial más peligrosa que el coronavirus.

Feministas: no voy a poner excusas para justificar mis gustos personales. Las gordas no me atraen, aunque lleven camiseta de D.A.D.

Puntuación: 8.5 /10.

Drogas y alcohol

En Escandinavia se bebe MUCHO.

Se empieza a las 8 de la tarde en casas de colegas, se sigue a las 10 en los bares, a las 12 en los clubes, y a las 4 a.m en las afterparties.

El problema es que te gastarás en una noche en alcohol el equivalente al salario mínimo mensual en España.

Aunque compres “birra barata” de 4 euros en el tugurio más cutre, necesitaras beberte al menos 12 unidades -lo que algunos llaman “aguachirri”- para ir con el puntillo.

En cuanto a cubatas, todavía peor: cada mililitro que te sirve el camarero está medido con precisión quirúrgica, y necesitarás 4 o 5 consumiciones para ingerir el mismo alcohol que tendrías en cubata español.

La fiesta es muy larga y acabarás borracho, pero cuando mires tu cuenta corriente al día siguiente no te podrás creer lo que ves.

No todas las suecas estan buenas, pero todas se emborrachan.

En cuanto a drogas, es un mal sitio.

La mayoría ni siquiera han visto nunca un porro, y solo han oído hablar de la cocaína en la biografía de Mötley Crüe.

Esto es un gran contraste con nuestro país: aún recuerdo la hora del patio en los institutos de Hospitalet donde muchos de mis compañeros aprovechaban para fumar y volver a clase con marcadas venas en los ojos.  

¡A los 14 años ya eran expertos en Hachís!

Fumarse un canuto en Escandinavia es DROGA con mayúsculas.

Aun así, la oscuridad puede hacer mella en tí. Curiosamente, la heroína -considerada cosa de marginados en España- sí que tiene presencia en Escandinavia, y muchos deciden acabar con sus problemas ayudándose de ella.

Siempre recordaré mi primera visita a Noruega, donde en la plaza más céntrica de Oslo tuve que rechazar a media docena de camellos ofreciéndome heroína con la policía a dos metros de distancia.

Por lo visto, los policías solo están allí para evitar que se venda droga a menores: el problema de la heroína es tan grande que dejan trapichear a camellos a plena luz del día.

Puntuación: 1/10

Música

Hay una especia de broma en Suecia donde se dice que todos los suecos tocan en un grupo.

El dicho no esta tan alejado de la realidad: los países del norte si consideran que la música es cultura.

Es raro encontrar a alguien que no tenga alguna afición de tipo artístico: tocar un instrumento, pintar o incluso construirse un barco.

Para ellos el tiempo libre es el momento de hacer cosas, no el de pegarse al televisor a ver Netflix. Hay muchas formas de desconectar de tu rutina, y ellos prefieren descanso activo.

La escena musical nunca para y si vives en cualquier ciudad mediana tienes conciertos cada día de la semana.

Puedes ver un lunes en directo a media docena de bandas clones de Crash Diet, a Volbeat hacer un show acústico un martes, o a Michael Monroe versionar por sorpresa a los Dead Boys un domingo.

En todas las ciudades encontrarás conciertos diarios de GlamRock de mayor o menor calidad

Si te gusta el metal, más de lo mismo: la mayoría de los pueblos pequeños tienen como héroe a una o más bandas famosas salidas del lugar, y cuando visitas esos sitios te preguntas como es posible que salieran de allí.

La falta de luz y la temperatura son factores que determinan lo que haces con tu tiempo libre.

Pero no te equivoques: si ellos tuvieran la temperatura de España pasarían sus ratos libres comiendo helados y yendo en bici en lugar de quemando iglesias y tocando la música de Satán.

En cuanto el termómetro sube dos grados los puedes ver poniéndose pantalones cortos y tomando el sol en parques a temperaturas consideradas gélidas en nuestro país.

Si eres de los que disfrutarían llevando chupa de cuero todo el año y te encanta pasar tu tiempo libre de concierto en concierto, ves ahorrando para mudarte a Escandinavia.

Puntuación: 10/10.

ScandiRock lives on!

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