Urge Overkill “Oui (2022)”.

Al pulsar el Play del nuevo álbum de Urge Overkill, se vuelve al año 1995, así de básico. Es decir, para la banda de Chicago, o más bien para el dúo Nash Kato y King Roeser, todo se sigue moviendo en esos parámetros de clase, que bien se pueden aplicar a una noche sudorosa de guitarras o a una matinal de traje tomando un cocktail, y de los que nos dieron buena cuenta en la década de los 90’s.

En líneas generales, esta vuelta (han pasado 11 años de “Rock And Roll Submarine”), presenta un ejercicio de estilo, pero con arañazos, me explico, entre esas melodías y juegos de voces marca de la casa, se cuela suciedad dispuesta a salpicar y hacer mover la cabeza de manera que se te derrame parte del Dry Martini que sostienes en tu mano.

“Freedom!” y “A Necessary Evil” son la carta de presentación, algo contenidas y con clase, pero que ejercen a la perfección de toma de contacto para abrir paso hacia un ejercicio áspero, en la excelente “Follow My Shadow” crujiente y combinando voces. Esta última, se empareja con “How Sweet The Lights”, con vocación de single, y de clara estructura Pop, pero con intención de darte una buena patada si te despistas.

“A Prisoner’s Dilemma” podríamos achacarle de inicio lo deslavazada y ese punto de improvisación, pero con las sucesivas escuchas, la cantidad de giros y estructuras que contiene acaban cautivándote. El lado Punk que desprendía su clásico “Saturation (1993)” aquí también se evidencia, como ejemplo “Forgiven”, un tema perfecto para conducir, y que queréis que os diga, me recuerda a ZZ Top.

Eso sí, en la recta final del disco, hay una serie de temas que sin ser malas composiciones, te pueden desconectar del disco por excesivamente básicas, “Litany” o “I Can’t Stay Gladou”, forman parte de esa parte, pero acto seguido “Won’t Let Go” mantiene el pulso áspero que comentábamos antes y deja las cosas en su sitio, el disco se cierra con la anecdótica versión de Wham “Snow”, y que sirvió de presentación del álbum en su momento.

En resumen, a nivel personal, hubiera dejado el producto en diez temas y el resultado hubiera sido más compacto y efectivo. Ahora solo esperar a que éste tenga desarrollo en forma de gira, etc… pero conociendo la volatilidad del dúo nunca se sabe. Por cierto, el titulo es un guiño a la revista Oui, la equivalente francesa a Playboy.

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