Vinyl

Este post llega tarde y mal, lo sé. «Vinyl» es una serie de 2016, centrada en la industria discográfica de los años 70’s, lo que me convierte indiscutiblemente en su target, y no la he visto hasta 2021.

¿Te cuento la razón? Un primer episodio de 1 hora y 53 minutos. Es decir, una película. Y en 2016, con una falta crónica de sueño por los críos pequeños, permanecer 2 horas despierto sentado en el sofá era una quimera. Aún a sabiendas de las magníficas críticas, tanto de profesionales como de colegas con pedigreé, la dejé para más adelante. Tan adelante que han pasado 5 años.

Si estas líneas sirven para motivar a algún rezagado como yo, misión cumplida.

La plana mayor de American Century Records

Sin estar a la altura de las GRANDES, «Vinyl» cuenta con muchos ingredientes para hacerte pasar un buen rato. Evidentemente, el principal es la música. «Vinyl» es una declaración de amor al rock, blues, funk, disco, punk y demás géneros que dominaron la cultura popular de la segunda mitad del s.XX. Lo que termina siendo una arma de doble filo.

Me explico. Lo que para los fans de la escena setentera es orgasmo non-stop con sus mil y un guiños y la constante aparición de estrellas de la época -increiblemente bien caracterizadas … hasta el tío que hace de Johnny Thunders tiene la misma nariz!-, para los no introducidos y los que la musica no es un factor clave en su vida, «Vinyl» tiene poco atractivo. Por ejemplo, para nosotros, los RN’R freaks, la trama con Alice Cooper es una gozada, una celebración. Para ellos, los ajenos, debe ser un coñazo.

Fake Alice Cooper en «Vinyl»

Para mi gusto, la trama, aunque está bien, no es lo suficientemente sólida como para atraer incluso a los no cafeteros. De ahí que no me sorprendan los bajos ratios de audiencia que llevaron a su cancelación tras una única temporada.

Los personajes molan. Richie Finestra, epicentro de la serie, capo de American Century Records, es un prodigio de carisma. Tremendo el actor Bobby Cannavale como macho alfa en toda regla lastrado/inspirado por las toneladas de farlopa consumidas a lo largo de los 10 capítulos. No las conté, pero si no esnifa en 30 escenas, no lo hace en ninguna.

Sus socios, con el buenazo de Zak Yankovich -contrapunto de «seny» a la «rauxa» de Finestra- a la cabeza, son una maravillosa colección de tics y tópicos personificados de esa era. La mujer de Finestra -interpretada por una bellísima Olivia Wilde- sosa, insípida, siempre alma en pena, quizás sería el único personaje sin gancho.

Esplendor de Olivia Wilde en «Vinyl»

El eje argumental -tranquilo, no hay spoilers a la vista- está focalizada en los esfuerzos de los protagonistas por reflotar una discográfica que, tras encadenar varios pufos, ya no es lo que era. Estamos en New York, es 1973 y, tras una epifanía sufrida en un show de New York Dolls, Finestra tiene claro que la salvación de su negocio pasa por algo nuevo y fresco, pero que al mismo tiempo recupere el peligro del rock n’ roll 50’s. Unos desarrapados llamados Nasty Bits, capitaneados por Kip Stevens (encarnado por un convincente James -hijo de- Jagger), parece que lo TIENEN.

Nasty Bits

Al lado de Mick Jagger y Martin Scorsese, padres de la serie, soy un cero a la izquierda en cuestión de cultura musical, por supuesto, pero me sorprende que en una fecha tan temprana como 1973 estilos como el hard-rock o el rock sinfónico se presenten como desfasados y alejados de la calle, cuando a priori ese año ambos géneros vivían época de esplendor. Esas burlas hacia Status Quo, Jehtro Tull o Slade, chocan. Si me lo sitúan en 1975-1976, con el punk y la new wave llamando a la puerta, me hubiese encajado mejor. Pero repito, Scorsese sabe mejor que yo lo que se cocía en el New York de 1973.

Richie Finestra dixit

De hecho, en un viaje relámpago de Finestra y Yankovich a Los Ángeles, en contraposición a las ansias de modernidad y fractura de los ejecutivos neoyorkinos, se muestra que allí la mayor obsesión de un gurú de la industria es reunir a Crosby, Stills, Nash & Young, mientras que el tipo de moda es un cowboy llamado Gram Parsons. Eso me encaja mejor. Y es que yo siempre fui más de L.A.

Un consejo: chequea en Spotify la BSO de «Vinyl», que incluye varios temas compuestos ad-hoc para la serie que rivalizan en calidad con los grandes hits de la época.

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