Walking Papers “The Light Below (2021)”.

El nuevo álbum de Walking Papers es puro cine de trama oscura, empezando por su portada con esas tijeras que podrían ser el arma del crimen y siguiendo por las texturas que contiene cada uno de sus surcos. Estamos hablando de una obra que hay que escucharla prestando la atención necesaria, y que requiere del esfuerzo y complicidad del oyente. Eso sí, se puede entender como un largometraje de larga duración o bien disfrutarlo pieza por pieza, como si de cortometrajes se tratara cada uno de los temas que incluye.


Jefferson Angel, alma de la banda se ha mostrado interesado en dar un enfoque de «Art Rock» a este nuevo disco, concepto arriesgado viniendo de unos esquemas anteriores más rockistas, pudiendo salirte mal la apuesta y caer víctima de tu propia jugada, pero en este caso, hablamos de una evolución acertada. La escucha de este álbum representa algo parecido a descubrir nuevas ciudades, bares o lugares interesantes, que se arropan bajo un concepto de blues oscuro arrastrado por la dulzura del saxofón, pero sin perder la crudeza de las guitarras alternativas y las texturas vocales de terciopelo mezclado con Whiskey añejo.


Siguiendo la línea de puerta giratoria en lo que a miembros ilustres en la banda se refiere, en esta ocasión cuentan con Dan DeLeo de Stone Temple Pilots, todo un experto en mutaciones rítmicas y delicadas. Estas tesituras se van desarrollando desde “The Value Of Zero”, con la que introduces en una atmósfera cargada de humo y en la que no cuesta imaginarse paisajes como los que se muestran en la dupla en forma de vídeo “Divine Intervention / Stood Up At The Gates of Heaven”, ambientados en la ciudad de Seattle y en el enigmático Motel “La Hacienda”.


Pero cuidado, no todo es oscuridad, humo y depresión, hay mucha luz presente y que no tiene problema en aparecer a modo de reivindicación entre los desarrollos mesiánicos. En “Rich Man’s War” se visten de Funky vacilón, sin perder la compostura de traje, pero controlando la situación hasta dar con el romanticismo sensible de “California”, que te da la despedida después de esta experiencia musical, pero muy cercana a tu alma.

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