En los inicios de la década de los 90’s y por consiguiente de la era alternativa, los cambios estilísticos fueron evidentes, derivando en libertades, colores y un haz lo que te dé la gana. Está claro que las influencias que venían de Seattle marcaron un estilo, pero las chicas querían estar más sexys que limitarse a llevar camisas de cuadros amplias y aspecto desaliñado.
Kim Gordon que formaba parte de la escena alternativa en tiempo real, ya sea como artista, escritora o por supuesto bajista de Sonic Youth, desarrolló su faceta de diseñadora y junto a la estilista Daisy Von Furth, dieron forma en 1994 a la marca X-Girl. El concepto era claro, tomar como referencia la escena Skate y dar a esas prendas un toque más femenino, es decir, pantalones de cintura baja y camisetas cortas ajustadas dejando libres ciertas zonas de las chicas.
No en vano, la marca nació como hermana de X-Large, una marca de ropa skater de LA. Al proyecto se apuntaron amigos de su círculo, como Mike D de los Beastie Boys que invirtió en la empresa, su mujer y directora de cine, Tamra Davis, Kathleen Hanna de Bikini Kill o Sofia Coppola y su novio por aquel entonces, Spike Jonze, que además produjeron el primer desfile de la marca.
Gordon y su socia, le dieron un aire 60’s a sus creaciones, pero se basaban en que tenía que ser ropa cómoda y ponible, pero con un toque sofisticado y vintage. Las chicas podrían llevarla para a patinar o salir a un club a bailar. La MTV pegaba fuerte y no dudo en hacerse eco de la marca. Por otra parte, el álbum “Dirty” de Sonic Youth, sirvió también de escaparate para los modelos de la marca, y en el vídeo de “Sugar Kane”, podemos ver a una joven Chloe Sevigny luciendo los mismos.
Los eventos de la marca fueron a más, llegando a organizar un desfile en Japón antes de un show de Bestie Boys o bien aprovechar la presentación de una colección de Marc Jacobs en NY para montar una pasarela improvisada en la calle, donde se acercaron estrellas como como Linda Evangelista, Zoe Casavettes o Francis Ford Coppola. No tardó en llegar una tienda física en el Soho, películas sobre el desarrollo de las diferentes colecciones, etc… Pero en 1998, Gordon y Von Furth finiquitaron su aventura y vendieron la marca a una empresa de Japón.
