2021: Un Odisea en mi cerebro.

Como en lo mejor del 2020 llego tarde a la cita con los best of. Llegar tarde es un hecho en mi vida así que lo siento, no volverá a ocurrir..

. Este fin de año tenía reservado una grata sorpresa para mi y es que a raíz de el último viaje familiar del 2021 (esquivando pandemias y sobreviviendo a la primera parte de las vacaciones de navidad) encontré la chispa adecuada para prender la máquina de escribir sandeces y poder completar, al fin, mi recopilatorio de lo mejor del ya pasado año. Here we go!

El destino del viaje fue Sarlat (Perigord Noir, Francia) una maravilla anclada en el tiempo y, que por suerte, estaba en temporada baja. Ya sabéis que somos muy del NO A LA GENTE así que fueron unos días cojonudos. Allí daria de bruces con un gabinete de curiosidades.

Hasta hace relativamente poco no sabía de la existencia de tales cosas, o al menos no sabía que tuvieran nombre pero parece ser que si y que a raíz de que a mediados del siglo XVI empezaron a proliferar los coleccionistas el germen del dionisimo estaba servido. Desde que en las primeras décadas del siglo XVI John Tradescant empezara a coleccionar como loco, estos gabinetes se hicieron muy populares entre la burguesía más acomodada y opulenta de este mundo miserable.

Descubrí que existían tales cosas gracias al podcast de Núria Pérez llamado así: Gabinete de curiosidades. Este podcast es uno de los best of.

Pero volvamos a Sarlat y a la Manoir de Grisson que es dónde se aloja el museo en cuestión. Allí, además de pasear por sus habitaciones, que ya de por si valen la pena, al final de la visita descenderíamos al sótano dónde se exponen toda clase de maravillas: Máscaras de la Vergüenza, cinturones de castidad, falsos cuernos de unicornio (en realidad cuernos de narval), peces globo disecados, muelas de mastodonte, cabezas reducidas por los jíbaros (con sus pertinentes instrucciones para hacer una reducción en tu casa y en condiciones si te apetece)…. Todo esto y mucho más se desplegó ante mis ojos. Ni que decir tiene que tuvieron que sacarme a rastras de allí. Aquí te dejo un pequeño muestrario.

Este año ha sido el de los podcasts. Gracias a OscarFS y su intervención en el de RockZone dedicado a Mötley Crüe me convertí en fan y devorador de sus podcasts y ya no puedo pasar sin ellos. De la misma manera Pop&Muerte ( de Radio Primavera Sound, del que también escucho ocasionalmente Deforme Semanal) ha sido una revelación. Kiko Amat y Benja Villegas ahondan en la sordidez de las muertes en el mundo de la música (con eso ya me han ganado) pero es que encima lo hacen con todo el humor negro, ácido e irreverente del que son capaces. Vamos, que el descojone está garantizado.

Pero vayamos a los discos y dejémonos de autobombos y referencias a otros sitios. Quédate en SPD, fellah!

2021 ha brindado buenos discos, muy buenos algunos de ellos. Entre mis favoritos hay mescolanza de estilos, no los he ordenado siguiendo ningún orden en particular. Entre otras cosas no me da tiempo suficiente de paladear cada uno de ellos, digerirlo y ordenarlo de mayor a menor así que sin orden ni concerto ahí van.

1.Converge & Chelsea Wolfe – Bloodmoon: I

Lo que el Roadburn unió que no lo separe el hombre. Este disco es pura dinamita, mística, gélida y fulgurante. Un discazo que bien se merece el adjetivo de obra maestra. Y es que a la absoluta voladura sónica de Converge se le une la maravillosa voz de Chelsea para crear algo que lleva el título de Converge sin ser un disco propiamente suyo. Por que no lo es, es Bloodmoon. Supongo que le metieron el nombre de la banda con fines comerciales pero da igual. Es buenísimo y debes escucharlo. A la ecuación se añade Stephen Broadsky (Cave In) y Ben Chisholm, un habitual de Chelsea Wolfe.

Entre Bannon y Wolfe consiguen crear unas atmosferas acojonantes con el juego que dan sus voces tan diametralmente opuestas. Esto si es la bella y la bestia. Encontrarás sludge, doom, blues… Todo. Lo mejor? Ese ‘I’ del título da la esperanza que la alianza siga dando más música de esta grupo de salvajes.

2. Cult Of Luna – The Raging River

Estos angelitos sacaron hace un tiempo otro disco colaborativo con voz femenina ( Mariner, 2016 con Julie Christmas ) con lo que junto a BloodMoon: I y el estratosférico May Our Chambers Be Full (Thou & Emma Ruth Rundle, 2020) son la santísima trinidad de los cross overs de lo más extremo.

Pues bien, este año Cult Of Luna han vuelto sacándose de la chorra otro disco sobresaliente, bueno, un EP… de 38 minutos. Cuentan con la colaboración de Mark Lanegan, un hito para los suecos que siempre han tenido en Lanegan un ídolo. Y, aunque este tema no sea el mejor del disco la impronta de Lanegan es notoria y muy interesante. Ojo con el tema What I Leave Behind: Muerde.

3. Mastodon – Hushed & Grim

En SPD ya publicamos una raw review en la que se nos caía la baba a las primeras escuchas. Con algo más de tiempo solo podemos decir que lo que nos pareció no era hype histérico. Es real. Un discazo que si bien se aleja de los derroteros más extremos de la banda (iniciada la senda hace ya unos cuántos álbumes) ofrece mucho más de lo que se ha perdido por el camino. Más accesible en cuanto a sonoridad pero más demandante en cuanto a atención. Qué buenos son Mastodon!

4. Gojira – Fortitude

Otros que son para dar de comer aparte. Magma (2016) ya supuso un cambio en las reglas de juego de la banda y Fortitude viene para demostrar que estos tipos tienen aun mucho espacio hasta alcanzar el techo. Porque si, porque han bajado pistonada en su propuesta (como Mastodon) pero es cuando arriesgan y proponen cosas distintas es cuando se ponen más interesantes.

Hay bandas que crecen y necesitan ampliar paleta, otros no. Gojira son de los primeros y bienvenido sea. Ya tenemos un Enfant Terrible o un From Sirius to Mars…ahora nos ofrecen algo más y más variado y, además cuentan con un batería en estado de gracia: Joe Duplantier (otra similitud con Mastodon). Si es cierto eso de que una banda es tan buena como su batería Gojira son descomulades. The Chant, Sphynx, Another World… hay tanto dónde escoger.

5. Green Lung – Black Harvest

Dos discos. Esto es lo que Green Lung han necesitado para renovar el sonido de un estilo como el stoner. Si su álbum debut ya era canela fina ( Woodland Rites, 2019) con este Black Harvest se salen de rango. Agarra a Black Sabbath y Led Zeppelin y Uriah Heep (vaya, que novedad dirás…) y una vez estas empapado en ellos rompes todos los clichés y te olvidas de ellos y haces lo que te sale realmente de los santos riffs. Esto es lo que vendría a ser esta banda de Londres. Metal, Stoner, Doom, Folk… who the fuck cares? Esta banda vale kilates, no te los pierdas. Para empezar a degustar, nada mejor que Leaders of the Blind.

6. Monster Magnet – A Better Dystopia

Dave Wyndorf aprovechó el confinamiento para desenpolvar su colección de discos y regalarnos unas versiones estratosféricas. Un disco de versiones en lo mejor del año? pues ya lo creo que si… Además, consiguió ser el Cool 5 de SPD y vosotros, no os equivocáis!

El Monstruo magnético no se anda con remilgos y parió un disco a tener muy en cuenta. Un poco de arqueología rockera, carajo! Temas com Mr Destroyer, Solid Gold Hell o It’s Trash para nombrar solamente alguna son algunas de las claves para meter de este disco en los grandes del 21.

7. Dvne – Etemen Ænka

Dvne se ha fogueado en los mejores festivales de su género. Consagrados en Desertfest, en Psycho Las Vegas,… estos hijos de la ha conseguido dar el salto a Metal Blade Records. Su proyección es infinita, la madurez musical, instrumental ha hecho que este disco sea colosal. No los conocía pero cuando dí de bruces con ellos no tuve la menor dudad de que éste iba a ser uno de los discos que debían aparecer en la lista de final de año (bien, en mi caso de principio de año). Fíjate en el corte Towers, las melodías son increíbles, los riffs endiablados y retorcidos, la progresión de Cum Laude.

Rock Metal de corte progresivo con reminiscencias a The Ocean o Cult Of Luna o incluso Neurosis en algunas partes pero con la particularidad de que suenan «abiertos», luminosos incluso. Lo que está claro es que estamos ante una banda absolutamente fascinante. Se han ganado su puesto en la lista a base de calidad musical, intensidad y letras sesudas. Timothée Chalamet, el verdadero Dvne es este, lo siento por ti y Villeneuve.

8. Domkraft – Seeds

Distorsión, pesadez. Bienvenidos a la casa del Doom, del Stoner de la hipnosis musical, de la psicodelia, de las voces que reverberan en cada esquina de tu cabeza: esto es Seeds. El tercer larga duración de la banda, sueca, como no, ahonda en la propuesta y el recorrido de la banda hasta alcanzar cotas muy pero que muy altas. Hay que tomarlo con calma y tiempo pero te aseguro que el trip vale la pena.

En su anterior EP Slow Fidelity ya mostraban los mimbres y con este LP se encargan de reafirmarse como una realidad incontestable. Estos titanes recrean una espiral sónica capaz de atrapar a agujeros negros en su interior. Poseedores de una calidad extrema su capacidad de creación es inmensa. All Hails!

9. Bala – Maleza

Su salto a Century Media no es porqué si. Bala se han ganado por derecho propio estar en un sello grande donde su exposición debería crecer y estar girando por todo el planeta. Maleza es un pepinazo V y Anx hacen lo que les da la gana y lo hacen con un estilazo que hecha para atrás. Te las vas a encontrar en la muchas listas como lo mejor del año, sus riffs, su energía descomunal sin filtros y, por supuesto, su rabia supersónica hacen que les demos toda nuestra atención. Este se posiblemente el disco que más he escuchado este año y no me canso de él.

Agitar, Quieres entrar, Rituais (cantando en gallego, bien, carajo!) son algunos de los motivos por los que estas chicas tiene que estar en boca de todos y tocando en todos lados. Yo me declaro fan absoluto. Si sus discos anteriores ya eran buenos en Maleza se han salido. Las mistresses del riff y el grito están aquí para quedarse.

10. Idles – Crawler

Que Idles son una banda diferente es evidente y que este Crawler es un pildorazo amargo, oscuro, rabioso, introspectivo y absolutamente genial, también. Joe Talbot se ha centrado esta vez en su propia mierda más que en la de afuera y el resultado es increíble.

Despojándose un poco de la actitud punko-hooligan la banda insinúa toques electrónicos (por momentos veía los claroscuros de Tricky entre las costuras) que le sientan genial al disco. Car Crash o Wizz pueden ilustrar lo que es este disco. Idles son la tralla, y ya está.

11. The Bronx – VI

The Bronx, from L.A. El sexto disco de estos tipos no ofrecía dudas, todo lo que sacan es, como mínimo, una pasada. En su sexta entrega cuentan con Joey Castillo castigando los parches (desde el 2018 ya estaba en la banda) y esa energía se nota y no es que The Bronx se anden con chiquitas. Qué decir de estos tíos? Pues que es meterse en el estudio y empezar a sacar burradas como Mexican Summer, Participation Trophy o White Shadow. Punk, Hard, Metal y Mariachis? Ya lo creo, herman@!

Es su mejor disco, creo que no pero aún así pegan un repaso tan grande a la mayoría que merecen format parte de lo mejorcito del año.

12. Ricky Warwick – When Life Was Fast and Hard

Si Ricky saca disco, en SPD levantamos las orejas, aplaudimos con ellas y se nos dibuja un sonrisón en el careto. Once more, Warwick ha obrado magia, una vez más, ha compuesto un disco solido a más no poder, cojonudo diria yo. Junto con Keith Nelson (Buckcherry, former guitar...) han sido capaces de dar forma a un puñado de temas espectaculares.

Ricky esta en estado de gracia, entre su carrera en solitario y Black Star Riders no nos deja de alegrar los días. Never Corner a Rat, You Don’t Love Me…. Ricky you are my rock n’ roll!

All proud, all Mighty, all Warwick.

13. Wildhearts – 21st Century Love Songs

Bueno, bueno…así que Ginger está de vuelta, eh? Pues celebrémoslo como es debido! Qué bestialidad. Viva el Caos que el señor Wildheart proyecta, la dureza y agresividad de estos temones. La vuelta de vacaciones se nos hizo más llevadera con la publicación de estas canciones de amor que meten en la batidora un mix de estilos con el resultado embriagador de sus mejores composiciones. El disco empieza feroz y termina matando.

Amor es lo que hay que sentir por Ginger y sus Wildhearts, joder.

14. Amyl and the Sniffers – Confort To Me

Cómo no iban a aparecer en la lista de lo mejor del año? Su propuesta Confort to Me es, sin duda, su disco de confirmación. Punk Rock sucio, adrenalítico y a toda hostia. Como un maldito mono puesto de speed hasta las cejas y con navajas en las manos. Te quieres divertir, pínchatelos y rompe todo a tu alrededor. Wanna fun? Australia delivers.

15. Emma Ruth Rundle – Engine Of Hell

Emma Ruth Rundle esta sembrada. Si con Thou sacaron el que probablemente sea el disco más increíble del año 2020, en 2021 y en solitario se las ha apañado para sacar un disco repleto de melancolia, oscuros sueños y canciones que se te pegan en la piel, en los ojos y en lo más oscuro de tu alma. Después de tanta causticidad, electricidad y mala hostia que despide esta lista un poco de relajación y que Emma te cante al oído es justo lo que necesitas.

Extra: Autodestrucció – Cop Net

Cop net fue grabado en 2014… Este disco fue el último de la banda y por lo que parece ya no giran y la banda está como mínimo parada, pero da igual tenemos dos discos brutales (Corre paralític, corre es una animalada también). A raíz del documental Un Lloc On Caure Mort descubrí esta banda de punk rock capitaneada por Càndid Coll (Zeidun, El Petit de cal Eril,…) no os perdáis el documental por nada del mundo, ni tampoco esta banda. Si con Serafí no te haces fan absoluto de ellos nada lo hará!

Me dejo en el tintero uns cuantos: Greenleaf, Vintage Caravan, Angelus Apatrida, Lords Of Altamont, Quicksand, Frank Carter and The Rattlesnakes…. Todos ellos grandísimos discos pero que por espacio y tiempo se han quedado fuera. Pero quería destacar otro: Hardcore Hits Cancer volumen VI. El disco de versiones que cada año montan desde HCXHC. Más allá de la calidad de las bandas es destacable es esfuerzo por combatir el puto cáncer sea desde dónde sea y con los trallazos que aquí se presentan es además un lujo y un gusto poder contribuir a la causa.

Antes de despedirme, un poco más de brasa. En este caso referente a la lectura. Y es que este año he conseguido leer un buen puñado de libros y la mayoría de ellos me han volado la cabeza.

El inicio del 2021 quedó marcado por un libro al que tenía muchas ganas: Nuestra Parte de Noche (Mariana Enriquez) es un novelón de terror pero no solo de terror y no es le terror sobrenatural lo que más miedo puede dar. Un viaje que recorre parte de Argentina, Inglaterra y… Alt Empordà. Todo ello empapado de rock. En una entrevista comentaba la autora que la banda sonora que acompañaba el libro iba desde David Bowie (personaje que aparece en un tramo del libro, el mejor quizás) hasta Mayhem. Tanto me fascinó este libro que cree una playlist en Spotify.

Seguimos en Argentina. Carlos Busqued escribió solamente dos libros y murió el año pasado en un accidente absurdo en su casa. Bajo este sol tremendo es un libro lento, donde los personajes deambulan por un mundo que está más muerto que ellos. El libro pesa, se mueve despacio, entre el humo de la marihuana que fuman sin cesar sus protagonistas. Una maravilla que fue llevada al cine en 2017 bajo el nombre de El Otro Hermano en una versión que difiere bastante del libro dejando el entramado psicológico un poco de lado pero que es bien disfrutable. Si te digo que Busqued aparece en la solapa del libro con una elástica de Motörhead y que odiaba todo lo que hacia, las redes sociales, el mundo en general entenderás mejor su obra.

Agota Kristof no me sonaba de nada. Claus y Lucas, tampoco. Gracias a Dio que mi pareja me recomendó este libro porque madre mía. No puedo decir más que vayas a la biblioteca más cerca o a tu librería de confianza y te hagas con un ejemplar porque este libro hay que leerlo. La sordidez y lo descarnado de su prosa es increíble. El libro se divide en tres partes en cada una de ellas la autora juega con tu cabeza y tu no puedes hacer más que rendirte a sus pies.

Por último, Terres Mortes de Núria Bendicho Giró. Aquí tampoco encontraremos alegrías, más bien lo contrario. La podredumbre de unas familias, un pueblo y unas masías arrasan con todo. La escritura de Bendicho hace que sientas y padezcas cada línea, cada palabra, cada hecho. No sé si es el mejor libro que he leído este año, porque los cuatro que he dejado aquí son espectaculares, pero si que hacía mucho que no leía una obra en catalán que me fascinara tanto.

‘Til next time!

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