Arturo Bandini – Compendium. John Fante vs. Charles Bukowski

Guiado por los piropos que Charles Bukowski le dedicó a John Fante, a quien consideraba «una influencia vitalicia en mi forma de escribir«, decidí dar una oportunidad a alguna de las obras protagonizadas por Arturo Bandini, el personaje emblemático de Fante.

Husmeando por Internet descubrí que la editorial Anagrama había lanzado un «Compendium» (es decir, una antología de varios libros reunidos en un único tomo) de Bandini con un precio bastante atractivo, así que por qué no: «Camino de Los Ángeles» (1985), «Espera a la primavera, Bandini» (1938), «Pregúntale al polvo» (1939) y «Sueños de Bunker Hill» (1982) de una tacada, 665 páginas de Arturo Bandini. Ya que me metía, me metía a fondo.

Si te has fijado en las fechas de publicación, te parecerán erróneas y desordenadas, pero no, son correctas. Son un reflejo de la vida -y suerte- literaria de John Fante.

«Camino de Los Ángeles» fue escrita en 1936 a los 27 años, pero fue rechazada por sus editores y quedó en un cajón hasta que su viuda, a mediados de los 80’s, descubrió el manuscrito.

«Espera a la primavera, Bandini» y «Pregúntale al polvo» sí gozaron de difusión en el momento de ser escritas, pero pasaron sin pena ni gloria.

40 años después, Fante vivió un reconocimiento tardío cuando Bukowski empezó a recomendar constantemente su obra y, ya ciego y enfermo, se animó a dictar a su esposa la que sería su última novela, «Sueños de Bunker Hill».

Fante en los años 30

Anagrama, siguiendo el sentido común, ha ordenado las obrás cronológicamente según su fecha de escritura y no su fecha de publicación. Una decisión lógica pero temeraria, pues eleva exponencialmente la probabilidad de que el tomo termine inacabado en el trastero del comprador.

Inicié la lectura de «Camino de Los Ángeles» con toda la ilusión del mundo … y tardé 6 meses en completar sus 175 páginas. No me extraña que fuera rechazada, que nadie quisiera publicar ese texto. Es infumable. Sí, las rarezas y anormalidades de Arturo Bandini son fascinantes, pero el conjunto es un coñazo ilegible.

Tras innumerables intentos en los que me quedaba atascado en la misma página, cagándome en el mal consejo de Bukowski, y a puntísimo de tirar la toalla, conseguí terminar «Camino de Los Ángeles» y me adentré en «Espera a la Primavera, Bandini».

«Espera…» ya es otra cosa. No es un novelón, pero se digiere mucho mejor. Supongo que presionado por sus potenciales editores, Fante decidió escribir un libro «normal» y hace un «reset» con Arturo Bandini: si en «Camino…» es un gañán que bordea la edad adulta y que vive en L.A. en compañía de su madre y hermana mayor, en «Espera…» lo devuelve a la primera adolescencia, lo sitúa en un pueblo de Colorado y le dota de padre, madre y dos hermanos varones menores.

Estamos ante el clásico relato iniciático. Chaval que empieza a descubrir los sinsabores de la vida: familia disfuncional, amores no correspondidos y mucha tristeza generalizada. Entretenida, se deja leer, pero ni rastro del ansiado Bukowski’s style.

Charles Bukowski y amiga

Hizo falta llegar hasta «Pregúntale al Polvo» para entender la obsesión del viejo Chinaski con Fante. Aquí sí encontramos lugares comunes con la literatura de nuestro bribón favorito.

Un Bandini de unos 18 años, se desplaza a Los Ángeles persiguiendo el sueño de ser escritor. Loser total, desorientadísimo en su nuevo entorno, contradictorio hasta decir basta, malvive en una pensión tronada con la poca pasta que le manda su pobre madre, y se alimenta a base de naranjas. Deambula sin rumbo por L.A. durante el día, aporrea compulsivamente la máquina de escribir por las noches.

De vez en cuando consigue que le publiquen algún cuento en revistas literarias, pero pronto se funde el cheque en los caprichos más absurdos. Prostitutas chungas, camareras mexicanas drogatas, amantes mutiladas, vecinos de pensión dementes … unos compañeros vitales de lo más interesante. Una gozada de libro.

Eso sí, a diferencia de Chinaski, Bandini apenas toca el alcohol y nunca da la talla en los momentos íntimos.

Con «Sueños de Bunker Hill» pienso algo que, aunque parezca absurdo, no lo veo cronológicamente descabellado: John Fante influenciado por Bukowski. Maestro se inspira en el alumno.

Nos encontramos a un Arturo Bandini ya entrado en la veintena que, aunque sea a base de trabajos poco gratificantes, está ganando un buen dinero como guionista en la industria de Hollywood y que ya no tiene problemas para follar.

Los paralelismos con el Bukowski winner de «Mujeres», a mi juicio, es evidente. Las vacas flacas han quedado atrás y, aunque la soledad siempre está al acecho, ha llegado el momento de pasárselo bien.

Amantes con la edad de ser su madre, luchadores de pressing catch italianos, agentes neuróticos … la galería de secundarios es impagable en un libro tremendamente ameno, donde el estilo de Fante es más directo y al grano que nunca, muy lejos de sus idas de olla de juventud.

Para que te hagas una idea, mientras que para leer «Camino de Los Ángeles» tardé 6 meses, sólo necesité 1 semana para ventilarme de un tirón «Espera…», «Pregúntale…» y «Sueños…».

Fante en etapa otoñal y señora
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