Helicópteros del infierno & Guindillas californianas en 2022!

El pasado 1 de abril Hellacopters y Red Hot Chilli Peppers publicaron sus nuevos trabajos… En pleno 2022! Lo de RHCP lo esperaba con la ceja arqueada… como aquel amante despechado que ha visto como su concubinato se terminaba de manera abrupta al ser dejado y cheated; odié la banda por su viraje hacia sonidos de ascensor y el NoSoundAtAll .

Con Nicke Royale y compañía el asunto era distinto: el anuncio de nuevo disco lo recibí muchas ganas y mucho hype, pensando que su vuelta sería increíble y que volveríamos a vivir momentos mágicos llenos de la electricidad, la clase y la calidad como años atrás.

¿Qué ha pasado en realidad?… aquí va mi sincera opinión en una review que ni es demasiado sesuda ni estudiada pero tampoco llega a ser de la inmediatez de las raw reviews que de vez en cuando publicamos por aquí.

The Hellacopters – Eyes of Oblivion.

Hay que centrarse. 14 años son muchos y hay que reconocer, muy a nuestro pesar, que Nicke ya no es el Midas del rock. Su hiperactividad y su capacidad de crear hitazos con los pelos de los huevos, pasó. Porque parece evidente que la carga compositiva corre a cargo casi de manera exclusiva de monsieur Andersson. Y aun así quién tuvo retuvo y nuestro rocker sueco atesora tanta calidad y creatividad que incluso en horas bajas puede parir un buen disco de rock como es los ojos del olvido.

Pero no nos engañemos, no es un regreso triunfal ni un disco que será recordado por sus enormes temas: tiene unos cuantos y muy buenos pero el disco en su conjunto acaba flojeando un poco si lo comparamos con la discografía prácticamente impoluta que atesoran. Hablaba con un amigo que el mundo con un disco de los Jelakas es un lugar mejor y, que saquen un disco nuevo, es buena noticia. Y ciertamente así es aunque no nos entreguen un nuevo tratado de hard rock, de high energy.

Lo mejor del disco son los singles, eso ya lo tengo claro después de unas cuantas escuchas e incluso la cara B de Reap a Hurricane: Done Fighting es mejor que la mayoria de los temas de la segunda mitad del disco.

Estaba dándo vueltas al asunto hasta que alguien (en el podcast de RockZone) dio con lo que me rondaba por la cabeza: Quizás hubiese sido mejor que la banda sacara singles con unos B-Sides interessantes que lanzarse a sacar un disco al que sele ven un poco las costuras una vez pasada la tormenta sónica de los temas adelanto. Es muy posible que esa idea hubiese funcionado y más teniendo en cuenta que los Hellacopters han sacado cantidad de singles, caras b y splits a lo largo de su carrera y que el fan es afín a ese formato por aquello de ir a buscar material en tiendas de discos.

Tengo que decir que me gusta el disco y que vibro con la descarga eléctrica inicial pero esperaba más, que en los escasos treinta y cinco minutos que dura el disco me tengan como un chiquillo con los dedos metidos en un enchufe. Quizás Positively Not Knowing sea lo mejor de esos temas pero es que al lado de Reap a Hurricane, incluso la inmediata Can It Wait, la excelente So Sorry I Could Die o la intensa Eyes Of Oblivion, le hacen mucha sombra al resto. Fíjate si no en Thin Foil Soldier, suena totalmente a Imperial State Electric cosa que refuerza la idea de la hiperinfluencia de Nicke en el disco. Incluso la producción está compartida con Chips Kysbie (productor desde el inflamable High Visibility).

Los Hellacopters dejaron un huella muy importante en mi desde el Payin’ the Dues, su evolución me dejo loco y al entrar Strings en la banda esta creció a nivel musical y sonoro. La vuelta de Dregen, tras la muerte de Dahlqvist, y la incorporación de Dolf al bajo (también en Imperial) nos dejan en cuasi la formación original.En directo los pudimos disfrutar en 2019 y, a mi, me convencieron de mala manera y con ganas de más. Su nueva aventura tampoco va a hacer más grande su legado que es simplemente lahóstiaputa pero tampoco la empaña. Me conformo con el disco pero no me corro con él y, aun así tengo que gritar: I’m in (with) the band!

Red Hot Chili Pepper – Unlimited Love

Los putos Red Hot fueron una de las bandas de mi vida adolescente, pivotando entre la locura, el funk, velocidad endiablada cuando se requería y los fraseos rapeados estos tipos captaron mi atención de la mano de unos colegas absolutamente devotos de los guindillas. Los conocí con el petardazo BloodSugarSexMagik (del que recuerdo hacerme una cinta con los temas que más me gustaban) para luego volverme loco con el Mother’s Milk y sus tres primeros lanzamientos: The Red Hot Chili Peppers, Freaky Styley y The Uplift Mofo Party Plan (mi favorito durante mucho tiempo). Todo bien hasta entonces.

Con el tiempo la banda cambió: Blood Sugar es su primer gran cambio y el excelente One Hot Minute giro absolutamente demencial. Californication ya me hicieron levantar la ceja y, con todo, prefiero el By The Way y lo destaco como lo último decente que parieron. Después, el fango. Salvando algun tema de Stadium Arcadium (Specially in Michigan), lo que aconteció después fue de vergüenza: I’m With You y The Gateaway son para quemar enteros.

Y de repente aparece Black Summer. Casi sin ganas y ya con mi hate en niveles óptimos me dispuse a escuchar el nuevo single y (oh, sorpresa) no solo me gustó si no que hasta lo metimos en el Cool 5 con todo el revuelo consiguiente en el chat del Staff.

Poster Child vino a reforzar la idea que lo nuevo de los peppers podía estar, como mínimo, aceptable. Me recordó a las sonoridades de Yertle The Turtle pasado por el turmix de Rubin. Not the One rebajó las expectativas, una balada insulsa a más no poder. Pero bueno, el regreso (por tercera vez) de Frusciante, el sonido que desprendían los singles… todo iba formando la idea de que Unlimited Love podría reconciliarme con la banda.

Pues si. Vuelvo a la senda Red Hot. Si bien el disco es innecesariamente largo y tiene temas que no aportan nada (pero como mínimo no molestan) contiene canciones que simple y llanamente me han encantado: Acquatic Mouth Dance ( me flipa la sección de viento), These Are the Ways, Here Ever After aportan el arroje energético que les demandaba de hace años.

Y no, no volverán a funkear como psycho kids que fueron hasta su consagración pero es que de eso hace ya más de 30 años! El disco suena real, auténtico y balanceado. La presencia de Frusciante (The Heavy Wig es probablemente el tema del disco, una maravilla) es notoria pero no sobresale por encima del resto, tampoco él está como para guitarrear como lo hizo en el Blood Sugar.

Pero está y se nota, Chad Smith no falla ni queriendo, Kiedis aporta melodías interesantes y no desbarra y Flea tiene su espacio y su característico sonido en cada tema. Suenan dónde y como deberían.

Este disco tampoco va a ser de lo mejor de su discografía pero me gusta. Viniendo de tan abajo es algo importante. Que este disco funkea mucho más que antes (y los aportes jazz y free jazz le sientan fantásticos), que suena de cojones y que tiene un buen puñado de temas que resultan más que interesantes es una evidencia. Estos ya son argumentos más que válidos para darles una oportunidad más a estos tipos y reconciliarnos con la banda.

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