Algo menos de 100 Km (en coche) separan mi hogar materno de Badalona del desparecido Atzavara Club en Sant Feliu de Guixols. Bien, esta es la distancia que recorrimos mi amigo Alvar73 y quien escribe estas líneas un día cualquiera entre semana y después de salir de nuestros correspondientes trabajos, en un Seat Ibiza azul eléctrico 1000 CC, exactamente un jueves 26 de septiembre de 2002.
El objetivo estaba claro, ver el show de Converge en la gira de su a día de hoy cásico álbum “Jane Doe (2001). Nos remontamos a una época de conciertos en ateneos, centros sociales, clubs de bares de futbol, etc… allí donde se pudiera unos descerebrados contrataban una gira de un grupo americano, desconocidos para la humanidad, pero referente para unos pocos.
Este año hace diecinueve años del show de Converge en Sant Feliu de Guixols, lo ideal o lógico es que se recuerde a los veinte años, y más teniendo en cuenta que a día de hoy, esa gira a cobrado el “halo” de mítica, pero en esta casa no entendemos de reglas y me (nos) apetecía escribir sobre ella ahora.
No era la primera vez que nos acercábamos al antiguo matadero de Sant Feliu de Guixols desde nuestra lejana Badalona (es curioso antes 100km y 10€ de gasolina eran un mundo y ahora pillar un avión 8h por 400€ para ver un show no nos parece nada), allí habíamos visto a Integrity, 25 Ta LIfe, Darkest Hour y unas cuantas ediciones del Hardcore festival, por lo que el show de Converge era uno más, pero con el perfil de estar en el sitio adecuado.
La gira paso por Madrid, Málaga y Sant Feliu de Guixols, y se desarrolló de forma correcta, salvo por parte del cantante de la banda que desconfiaba de todo el mundo, y pensaba que le estaban engañando o recortando dinero constantemente. Aquí tenéis un excelente articulo/entrevista de la misma y de su paso por Málaga (https://goetiamedia.com/reportaje-la-noche-que-converge-tocaron-en-malaga-20-anos-del-jane-doe/).
Os engañaría si os digo que recuerdo a la perfección esa noche, pero lo que está claro es que fue muy intensa. Un local lleno, ambiente perfecto y la banda de Boston en el momento adecuado. Disfrutamos del show en las primeras filas y con una cutre cámara Kodak desechable en mano capturamos algún momento del show (como la imagen que encabeza este artículo), intensidad y “matraca” servida sin miramientos, sudor y riffs de guitarra para un enfrentamiento corporal entre el cantante de la banda y la audiencia.
A día de hoy, Converge no forman parte de mi dieta musical habitual, pero si controlo sus movimientos y su líder Jacob Bannon, es un referente a nivel de proyectos, arte y recomendaciones musicales. Es más, cuando acabado el show y emprendíamos el viaje de vuelta a casa, nos pusimos un disco de Jazz de los años 50,s para regular el estado mental y sonoro recibido, conocedores de que años más tarde esta gira sería un grato recuerdo.