Salí contento de mi periódica visita a Revolver. Y eso que en sus estanterías no estaban varios de mis objetivos. No tenían lo nuevo de The Cult, Nikki Lane y Starcrawler. No es culpa de la tienda, entiendo que son los distribuidores y/o las discográficas quienes no hacen bien su trabajo. Pero en tiempos de la inmediatez de Spotify o incluso Amazon, que les está jodiendo el negocio a todos, es absurdo que las novedades no lleguen a tiempo al punto de venta.
A los cuatro fanáticos que aún compramos discos -y cuyas obligaciones a menudo nos impiden bajar a C/Tallers- no nos gusta esperar. Me decía el capo de Revolver, despreocupado, que el fan de The Cult si no compra «Under The Midnight Sun» hoy, lo comprará la semana que viene. Puede ser, pero más de uno, destrempado e impaciente, puede terminar conformándose con el click. Ellos sabrán.
El caso es que es difícil salir de Revolver con las manos vacías, especialmente si eres consumidor de CD. La sección de saldos de segunda mano es acojonante, allí encontrarás una infinidad de discos imprescindibles a precios ridículos. A pesar de los muchos cromos repetidos para los que llevamos unos años en esto, siempre encuentras joyitas. Como éstas que me llevé a casa:
No me jodas, ¿Blur? Sí, ¡Blur! Hace unos meses probé con «The Great Escape» (1995), su cuarto LP, y me pareció excelente, así que completar su discografía es uno de mis objetivos a medio plazo. Ayer me llevé los dos primeros y si no cogí también «Parklife» (1994) es por que estaba carillo. A ver que me encuentro. No fui fan de Blur en su día, pero siempre tuve claro que en la guerra Oasis vs. Blur, yo estaba con Damon Albarn y los suyos.
Su show de en BCN de este verano ha provocado que Jack White vuelva a ser target activo en mis filias. Le admiro más que nunca y comprar tanto su material nuevo como antiguo es un deber. Tenía pendiente su reciente «Entering Heaven Alive» y no dudé en meter a la saca ese directo de White Stripes que incluye versión en audio y en DVD.
Llevaba mucho tiempo con la idea de inaugurar mi discografía de Badfinger. Y nunca encontraba nada en tiendas. A lo sumo, algún recopilatorio. ¡Que alegría al toparme con un ejemplar de «No Dice» (1970), su segundo trabajo!
Después de leer reseñas y comentarios varios de mis compañeros, lo nuevo de Marcus King era otro «must» en mi lista. De momento es el único que he reproducido y suena tan bien como era de esperar. Por cierto, chequeando el libreto veo que uno de sus temas está co-compuesto por … ¡Desmond Child!
Tuve que mensajear a OscarFS para que me indicara si debía comprar o huir del «Cream» (1996) de Holy Barbarians que mis sentidos acababan de detectar. Ya sabes, se trata de la banda de breve existencia que Ian Astbury formó durante la separación de The Cult. «Hazte con él» fue su orden. Y yo cumplí. A falta del nuevo de la banda madre, bueno era ese «Cream» a 4€.
Con The Dexateens no me hizo falta consejo. Hace una temporada localicé en esas mismas estanterías su «Red Dust Rising» (2006), disco que me volvió loco, así que imagina la euforia al encontrar su siguiente álbum, «Hardwire Healing» (2007).
Qué gran costumbre y qué magia se crea en una tienda de discos… cuanta gente de las nuevas generaciones se esta perdiendo y se va a perder esta experiencia inigualable… ¡decantarte por discos porque no puedes llevártelos todos!, ¡encontrar gangas a precios irrisorios!, ¡pedir discos de importanción!… tengo tantos recuerdos y siempre tan buenos…
Disfruta tú que puedes, en mi caso, cada vez que voy a Barna la Revolver es cita obligada (y cuando estaba Discos Castelló también)
Prostata: Mis últimos vinilos comprados allí, To Bring You My Love, Powertrip y Betty
Coincido al 100% en lo que rememoras. Esos sábados tarde noventeros en los que acudía a las tiendas con presupuesto para máximo 1 disco eran pura magia, inolvidables.
Luego, en el metro, camino a casa, quitar el celofán, leerte de pe a pa el libreto, ver las fotos, imaginar como sonará … era todo un ritual!
César, somos viejos, pero sabios 😀