Al final de los 80’s y principios de los 90’s, para Nymphs todo estaba de cara. Una leyenda del Punk como Keith Morris se fija en ellos y junto a la reputación de banda de directos incendiarios y salvajes, hizo que un sello como Alternative Records, quisiera ficharlos; pero en pleno embrión de la escena alternativa, es Geffen Records la que les ofrece un contrato dando el salto directo a una gran compañia.
La apuesta por ellos es evidente y se cuelan en la película “Bad Influence (1990)”, apareciendo en una de las escenas tocando en un club. Así mismo, Iggy Pop es el elegido para aparecer en el tema “Supersonic” de su futuro debut, pero lo que para otra banda sería un escenario perfecto, para Inger Lorre, la líder del grupo, supone una espiral de excesos que la lleva a consumir cantidades importantes de heroína y alcohol.
Cuentan que al ver que su disco no acababa de editarse por otras preferencias de Geffen Records (la edición de los «Illusions»), Lorre se presento en las oficinas de la compañía y se orinó sobre el escritorio de Tom Zutaut, A&R del sello, lo cual hacía complicado la continuidad del contrato de la banda.
El álbum es un fiel reflejo de la banda, una mezcla de música alternativa, Punk Rock y Noise que refleja un carácter peligroso y la sugerente voz de Lorre lo llena de un efecto sexual de esencia Glam Rock. La MTV, sabedora de que los grupos con cantante políticamente incorrecta vendían, programó sus videos de forma regular, “Sad and Damned”, donde Lorre aparece masticando gusanos, y “Imitating Angels”, dieron mucho juego en la cadena.
Todo salta por los aires en 1992 cuando Inger Lorre decide hacerle una felación a su novio en un show en el club Marquis (Anaheim, California) en 1992 y cuando se niega a subir al escenario en Miami, cuando la banda hacía de telonera de Peter Murphy. Resultado: Su banda la despide, Geffen Records se deshace de ellos y la formación se separa, dejando un álbum en la calle que pasaría a ser de culto dentro de la escena alternativa.
