Si tenemos en cuenta que hablamos de una banda llamada Verbena y de un disco editado por un sello llamado Setanta, es normal que pienses que estamos consagrando un post a un combo de folk valenciano o a unos pioneros del rock laietà.
Pero no, Verbena fue una semi-desconocida formación de Birmingham, Alabama, que desarrolló su carrera a caballo entre finales del pasado siglo e inicios del presente y que debutó con un increíble álbum llamado «Souls for Sale» (1997).
Para que ta hagas una idea, si The Hangmen hubiesen retomado su carrera 5 años antes del triunfal «We’ve Got Blood On The Toes Of Our Boots» (2002), el resultado hubiese sido «Souls for Sale». A caso con un sonido más grungie y garagero que el de Bryan Small, Angelique Congleton y compañía.
Todas sus canciones, las 10, son de traca. Composiciones crudas y descarnadas donde se empastan de maravilla las voces de Scott Bondy y Anne Marie Griffin, co-vocalistas en el grueso de los temas.
Sirvan de ejemplo estas «Shaped Like a Gun» y «Me and Keith», ahora mismo mis favoritas de la colección:
«Souls for Sale» flipó de tal manera a Dave Grohl que se ofreció ipso-facto para producir su siguiente trabajo, «Into the Pink» (1999). Incluso llegó a girar con ellos como bajista.
El álbum no está mal, pero el líder de Foo Fighters enfatizó la cara alternativa de la banda y su sonido perdió polvo y carretera.
Si te preguntas cómo diantres he llegado a esta banda, la respuesta está, como tantas otras cosas, en Veruca Salt. Su música hizo de BSO en un reciente post de Instagram de las Volcano Girls.
Txema, te pagaré 3 cervezas si el stereo de tu taxi no termina escupiendo a menudo «Souls for Sale».