Tutti Frutti, good booty
If it don’t fit, don’t force it
You can grease it, make it easy
Tutti Frutti, buen culito
Si no cabe, no lo fuerces
Puedes engrasarlo, hazlo fácil
La letra original de «Tutti Frutti», el mega clásico que le lanzó a la fama en 1955, es un buen reflejo del estado de cachondez mental de un veinteañero Little Richard curtido en el libérrimo Chitlin’ Circuit, la escena musical negra del Deep South a mediados del s.XX donde complejos y prejuicios se dejaban aparcados en la puerta de los antros.
Cuando en Specialty Records escucharon esa letra casi les da un infarto. La cancioncilla, «Tutti Frutti», era un clarísimo hit, pero con esa lírica homoerótica no podían ir a ninguna parte! Contrataron a un letrista externo y el resultado final fue el que todos conocemos.
El documental «I Am Everything», visto en el reciente IN-EDIT Festival, retrata muy bien esa faceta de Little Richard, la de dislocada reinona del RN’R, el terremoto queer que sacudió la América de Eisenhower. Era negro, era gay y había venido a este mundo a follar y a rockear. Como bien cuentan iconos LGTBI como John Waters -¿de dónde pensáis que viene su bigotillo?-, el impacto liberador fue descomunal. Si LR no se escondía, si LR podía, ellos también.
Pero «I Am Everything» también refleja la otra cara de la moneda: Richard Penniman. Preso de los remordimientos, cada X años Little Richard se despojaba del traje de espejos, se cortaba el pelo, renegaba del RN’R y de la homosexualidad y se reconvertía en predicador evangelista. Estas fases podían durar lustros o meses, nunca se sabía.
Como muestra, el documental muestra dos entrevistas del mismo año para la TV americana. En una de ellas nos habla el ultra-conservador Penniman, en la otra nos partimos con un Little Richard más desmadrado que nunca. Genio y figura.
Por ponerle un pero, «I Am Everything» tiene poco de lo que más importa, la música. Durante el metraje, el autor de «Lucille» habla mucho, pero canta poco.
No hagas como la industria, que lo ignoró -y expolió- durante décadas. Nunca olvides que Little Richard, según sus propias palabras, fue «the innovator, the originator, the emancipator, the architect of rock ‘n’ roll!«