La única pega del show de Winger, fue la corta duración del mismo, su condición de banda que abría la noche para Steel Panther, solo les permitió desarrollar su propuesta durante 50 minutos. Eso sí, ésta es conocedora de su «rol» en la gira y con su colección de hits y la manera de estructurara el set, ofrece unos shows realmente completos y potentes.
De inicio, saltan a escena con dos auténticos clásicos como son «Can’t Get Enuff» y «Seventeen», suenan potentes, Kip Winger ejerce de líder comunicativo y de sonrisa eterna y la guitarra de Reb Beach define muy bien por donde se moverán, es complicado que con este arranque no te enganchen. La condición de la banda en cuanto a los juegos de voces es superlativa y se adaptan entre ellos de forma espectacular, siendo este su punto fuerte. Dan juego en la parte central a sus recientes discos y al nunca suficientemente valorado «Pull (1993)», un tema con el groovie de «Junkyard Dog» funciona a la perfección.
Por otra parte, esa noche nos encontrábamos de celebración, Michael Starr Aka Ralph Sáenz de Steel Panther, cumplía años y la banda quiso celebrarlo con el, haciendo que cantara de forma espectacular una parte de «Headed For A Heartbreak» y soplando las velas a posterior. Todo esto antes de cerrar la noche de forma impecable, tal y como la habían empezado, con dos hits como «Easy Come Easy Go» y «Madalaine». Aquí podemos aplicar al máximo el concepto de: si lo bueno es breve, dos veces bueno.