Estas semanas le he sacado partido a mis suscripciones. Entre otras cosas, he gastado mi tiempo en:
«The Gentlemen» – Netflix
Empecemos con la mayor decepción. Por si alguien tenía dudas, «The Gentlemen» es la perfecta constatación de que no es lo mismo un «creado por» que un «dirigido por«.
Los dos primeros capítulos, dirigidos por Guy Ritchie, son la polla. Tan buenos como cualquiera de sus mejores pelis. Nivelazo. El resto, en un vertiginoso «de más a menos«, cuentan tras las cámaras con unos mercenarios llamados Nima Nourizadeh, Eran Creevy y David Caffrey. No cuestiono la profesionalidad de estos señores, pero se nota.
Progresivamente, aunque se deje ver hasta el final, «The Gentlemen» va perdiendo el ingenio, la chispa y hasta la coherencia. Una pena teniendo en cuenta su espectacular inicio.
Si no estás para nada de acuerdo con lo que digo y la serie te ha flipado, estás de enhorabuena. Ha sido un exitazo y la segunda temporada está garantizada.
«Shogun» – Disney
Lo de «Shogun» no se trata de un descenso paulatino de calidad. La serie entera, de principio a fin, es espléndida. Los actores nipones son un lujo y a nivel de ambientación cuidan hasta el más mínimo detalle.
El problema, al menos para mí, es que mientras que los dos primeros episodios -¡siempre los dos primeros! son puro frenesí, a partir de ahí la trama se centra en usos y costumbres del Japón del 1600.
Con sus intrigas palaciegas molonas, por supuesto, pero en ocasiones la trama se paraliza y parece que asistamos a una clase de antropología del país del Sol Naciente. Muy interesante, incluso a ratos fascinante -increíble esa obsesión con segarse la vida por cuestiones de honor-, pero uno termina echando de menos un poco más de acción.
En cualquier caso, es un SI.
Por cierto, si peinas canas y conservas un mínimo de memoria, sabrás que en los 80s ya existió una versión protagonizada por Richard Chamberlain. Yo no la vi, pero la recuerdo de mi lectura favorita de la época, el TP (Teleprograma).
«Nos Vemos en Otra Vida» – Disney
Con las series españolas hay que ir con pies de plomo. Productos como «Crematorio», «Antidisturbios», «Hierro» o «Patria» son excelentes, pero un elevadísimo % es mediocre o directamente basura. Incluso algunos cuyo envoltorio es atractivo. Por ejemplo, ahí tienes «Marbella». A priori el planteamiento está guapo, pero el casting y el currículum de sus creadores aconseja el alejamiento preventivo.
Y es que ahí está la clave en una serie nacional. Ver que ha hecho antes su creador. Si colecciona bodrios, es poco probable que justo ahora de el salto de calidad. Por eso, al comprobar que «Nos Vemos en la Otra Vida» estaba firmada por los hermanos Sánchez-Cabezudo, responsables de la citada «Crematorio», los indicadores se pusieron en verde.
Pero más importante que todo eso, nuestro Txema Herrero, hombre de criterio a prueba de balas, me la recomendó, así que la oportunidad estaba concedida.
«Nos Vemos en la Otra Vida» es de notable alto. Pese a, logicamente, saber como termina todo, pues los hechos del 11-M no son precisamente un secreto, la serie consigue mantener la tensión al rojo vivo durante todo el metraje. Es un poco como «Chernobyl». Consiguen que te plantees a menudo un «a ver si al final no» aún sabiendo perfectamente lo que va a pasar.
Todo el plantel que interpreta al microcosmos delictivo de Avilés está inmenso, pero por encima de todos ellos, estrella indiscutible, destaca ese desquiciante y desquiciado Emilio Trashorras, encarnado por un camaleón llamado Pol López.
«Fallout» – Amazon
Ves, tras los cacareados dos primeros episodios, en ésta no confiaba. La anterior elección para ver con los niños («Monarch») fue un fiasco (lo sé, fui un iluso al esperar algo bueno de una serie americana sobre Godzilla) y con «Fall Out» el panorama no pintaba a «serie apta para Sammy«.
Sin embargo, y siempre teniendo en cuenta que se trata de un show Amazon y no de HBO -y, como tal, no se si me entenderéis, está más cerca de «The Boys» que de «The Watchmen»-, esta epopeya post-apocalíptica basada en un popular videojuego ha terminado resultando un entretenimiento de primera.
Planteamiento chulo, buen ritmo, efectos especiales muy logrados, guión de 2+2=4 sin complicarse la vida con empanadas existenciales, humor socarrón y una protagonista (Ella Purnell) que está como un queso generan un cóctel que pasa la mar de bien. Además, ahí tenemos, en un papel destacadísimo, a uno de nuestros actores fetiches por excelencia, mr. Walton Goggins (sí, Shane de «The Shield y Boyd «The Justified»).
Si tienes críos de más de 10 años a los que no les asuste ver un poco de sangre, «Fallout» es perfecta para verla juntos.